Los niños en una sociedad democrática también son libres y es a partir de esa libertad que pueden exponer, con total autonomía, sus puntos de vista sobre los problemas que más les preocupa, pero desafortunadamente en nuestro país existen muy pocos espacios para que ellos puedan participar.
¿Cómo reaccionarían algunos mayores si escucharan que los niños quieren participar en política e incluso que plantearan poder votar y tener un representante en el Congreso? No lo hicieron por un impulso o por alguna influencia foránea, lo hicieron porque han sentido la necesidad de estar presentes, han manifestado su derecho a ser escuchados, quieren ser protagonistas en nuestra sociedad.